Xavier Pousa fue uno de los paisajistas más representativo de la pintura gallega de la segunda mitad del S. XX, definido por muchos como el gran maestro de la luz y del color. Como gran dibujante que era también cultivó el retrato, las figuras o los bodegones. Fue un artista culto, próximo a corrientes europeas, gran conocedor del arte universal y un viajero incansable pero fuertemente ligado al Baixo Miño del que era originario e a Vigo, ciudad en la que fijó su residencia.
Fue un gran defensor de la identidad gallega, muy comprometido socialmente con los movimientos culturales y sociales de su época, promoviendo, dinamizando y apoyando multitud de actividades. Siendo miembro, además, de diversas instituciones: